Novena a Edmundo Rice


Día 1Edmundo, niño en su hogar:  
La juventud de Edmundo  no fue excepcional. Sus padres fueron personas muy respetables  en su pueblo, conocidos por su generosidad, su sentido de justicia y de humanidad. Se decía que la capacidad  y el sentido común  de  su papá fueron acompañados  por la calidez, sensibilidad y compasión de su madre. Edmundo recibió una educación que fue negada a la mayoría de los jóvenes católicos  de su época, primero en una escuela secreto en Callan y después en una academia  comercial en Kilkenny. Ahí recibió una formación práctica y clásica, y los elementos fueron muy importantes para su carrera como hombre de negocios  y más tarde  para su tarea como fundador de escuelas para niños pobres. (Un hombre para Nuestro Tiempo, Donal Blake)
Día 2.   Edmundo, Hombre de Negocios:
A los 18 años Edmundo comenzó como aprendiz  en el negocio de su tío Miguel Rice que tenía una empresa importante en el rubro de la carnicería y provisión para los barcos en la ciudad próspera  de Waterford. Los propios hijos de Miguel no tenían ningún interés en el negocio, y entonces Edmundo fue  invitado a asumir la formación para después ser el gerente de la empresa. Dentro de poco Edmundo había dominado el manejo del negocio y fue una persona conocido en los depósitos de  su tío, en la muelles del puerto, a bordo de los barcos, ó cabalgando por el campo comprando ganado para su tío. Con el tiempo ganó la confianza de su tío y un afecto profundo  creció entre los dos. (Un hombre para Nuestro Tiempo, Donal Blake)
Día 3.    Edmundo, marido
Cuando Edmundo tenía 25 años se enamoró y se casó con Mary Elliot. Establecieron su hogar familiar en una casa cómoda en Plaza Arundel a nos 80 metros de su negocio en el centro de la ciudad. Fue un matrimonio feliz y la joven pareja desarrollaba planes  para su futuro común. Se conocían a  muchas de las familias  de clase alta de la ciudad   y participaban en muchas actividades sociales y culturales. (Resuelto en la Caridad,  W.B. Cullen  & A.L. O’Toole)
Día 4.   Edmundo, padre de niña discapacitada:
Y ahí apareció la cruz en la vida de Edmundo. María, ya avanzada en su embarazo, sufrió una caída de un caballo. Como  resultado del accidente, la bebe, también llamada Mary, nació prematura. Ella tenía algunas discapacidades y precisaba  atención especializada el resto de su vida. (Un hombre para Nuestro Tiempo, Donal Blake)
Día   5.   Edmundo educador:
Edmundo había sido n comerciante muy exitoso pero no estaba  para nada preparaba para su Nuevo desafió como docente. Dentro de poco consiguió  la ayuda de dos profesores  con experiencia y formación. Aunque fue difícil, con la ayuda de los profesores  su primera escuela fue mejorando. Pero después de poco tiempo los dos presentaron su  renuncia, diciendo que  la tarea fue demasiado difícil, y que no importa el sueldo  no se iban a quedar. Edmundo siempre fue un hombre de una fe profunda y  con mucha confianza en el Dios  y un tiempo después se presentaron dos hombres  de su pueblo natal, Patrick Finn y Thomas Grosvenor, no buscando trabajo sino para dedicarse, como él, a la tarea de formación de niños de la calle. (Edmundo Ignacio Rice, S.T. Ó Duinn)
Día  6.    Edmundo, Fundador:
Llegaron otros para formar parte de este movimiento fundado por Edmundo. El día 15 de agosto del 1808  Edmundo y  8 compañeros, vestidos  de un sencillo hábito negro (que lo usaban  en su casa  no más, para no ofender a los Protestantes). Se consagraron con votos de  pobreza, castidad y obediencia. Así nació la co agregación oficial diocesana, los Hermanos de la Presentación, bajo la autoridad del obispo.  Fueron conocidos por la gente  como ¨Los Señores de la Presentación¨, o más sencillamente como ¨Los monjes¨. Edmundo tomó el nombre Ignacio según San Ignacio de  Loyola, fundador de los Jesuitas. Así nació la primera forma de vida consagrada masculina en Irlanda después de la reforma Protestante. (Un hombre para Nuestro Tiempo, Donal Blake)
Día 7.    Edmundo, amigo de los pobres y los prisioneros:
 La experiencia de la muerte de su joven esposa en alguna forma ayudó a Edmundo a abrir su corazón en compasión a los que sufrían, los pobres que lo rodeaba en la ciudad. Empezó a visitar con frecuencia  las casas de los pobres en los barrios marginados y los callejones  donde miles de personas vivían en una miseria tremenda. Asumió la causa de los pobres y tomó pasos concretos para aliviar su sufrimiento. Dentro de poco tiempo llegó  a ser conocido  en la ciudad por su generosidad y caridad  y por eso fue invitado  más que una vez a ser administrador de distintas obras de caridad. Ayudó a los pobres encarcelados por sus deudas, visitaba a sus familias y las cárceles y muchas veces estaba presente, cerca al puente de San Juan, cuando fueron ahorcados  por no haber cumplido  una de las leyes severas. (Resuelto en la Caridad,  W.B. Cullen  & A.L. O’Toole)
Día  8.      Edmundo, dedicado a María  madre de Jesús:
La devoción a María  fue  una característica de su espiritualidad. Desde su juventud había sido fiel al rosario  y desde el principio de su obra, luchó para fortalecer en los corazones  de los niños una dedicación a ella. Fue característica de todas sus escuelas, donde siempre había oraciones dedicadas a la Virgen, incluso su letanía al final de la jornada. (Resuelto en la Caridad,  W.B. Cullen  & A.L. O’Toole)
Día  9.  Edmundo, ejemplo en el sufrimiento:
En los años después de 1830 la salud de Edmundo causó preocupación entre sus Hermanos. Él habías llevado adelante la obra educativa y la congregación, dando testimonio en Irlanda y en el mundo inglés  hablante desde 1802. Había negociado con obispos, con Roma y con gobiernos por la causa de las personas  pobres. Había sufrido las críticas de oficiales estatales, y más doloroso todavía, de obispos católicos y hasta algunos de sus Hermanos.  Había pasado muchos días  en los tribunales defiendo  la causa de viudas y huérfanos. En los últimos años sufrió por los desacuerdos con sus sucesor y en 1841 sufrió la indignidad de ser rechazado de la puerta  del Capitulo de la congregación que él había fundado… Pasó los últimos años  de su vida en su habitación, precisaba atención médica casi todo el tiempo. Su enfermera después contó que su oración más frecuente fue ¨te alabo Señor Jesucrsito¨. (Un hombre para Nuestro Tiempo, Donal Blake)